Compartimos la palabra autorizada del Ing. Carlos Diez San Millán, presidente del Tradicionalista Salteña “Gauchos de Güemes” que en su discurso del bicentenario de la revolución de mayo expresó:
“Hoy, estamos acá para recordar y hacer honrar la memoria del General don Martín Miguel de Güemes y lo vamos a realizar de una manera especial, como corresponde al Bicentenario y a los particulares momentos que estamos viviendo.
Mucho se ha dicho ya de donde nació, donde estudió, que hizo en su juventud y en su accionar y también cuales fueron las causas, los actores, como y donde murió, dejando una cuestión en claro, Martín Güemes fue un hombre común, sencillo, con un gran sentido del valor patriótico que lo llevó a entregar hasta la vida misma por sus ideales.
También, fue un hombre cabal que tenía un alto respeto por el honor, ferviente católico, buen padre, con una valerosa mujer por esposa, con la cual tuvo varios hijos que conformaron una hermosa familia, como Dios manda.
El general, tenía una honda preocupación por su gente, tanto en el sentido del sustento material, seguridad, como en su formación, o sea la educación de sus gauchos, con el pleno convencimiento de que si un pueblo no se educa no tiene posibilidades de crecer como nación. No hablo de instrucción, por que la instrucción es un proceso mecánico de acumulación de conocimientos que solo eleva el nivel cultural del individuo.
Cuando esa instrucción está destinada al bien común y orientada al desarrollo y bienestar de la persona, da como resultado la educación de la misma, es una inversión firme y fuerte. Los pueblos que invierten en ella se convierten en líderes de la humanidad.
Nuestra patria gaucha tiene suficiente historia al respecto del sufrimiento por las luchas fratricidas y común si se quiere, con otras naciones del Río de la Plata en el pasado de siglos y en el reciente, pero en los últimos días nos han dado un ejemplo de madurez patriótica mirando al futuro apoyados en la unidad y no en la desunión, buscando el mañana con esperanza y no con resentimiento. Esa misma desunión que llevó a la muerte a nuestro general, hecho que se repite una y otra vez, cuando los actores vuelven a poner de nuevo en la cartelera los mismos argumentos de atraso, de aferrarse a lo pasado y no vacilan en llenar de piedra el camino hasta destruir la dignidad, que es una forma miserable de matar.
Todos los argentinos, incluidos los salteños y dentro de ellos los gauchos, tenemos acceso a la instrucción y a la educación, por que así lo establece nuestra constitución y nuestras leyes, pero hay otra educación, otra ciencia, otros conocimientos que son privativos de la gente que vive en contacto con la naturaleza, en el campo, en las fincas y sobre todo en los puestos.
En esos lugares viven personas, seres humanos de exquisita sencillez, con una cantidad inmensa de sabiduría relacionada a los quehaceres de la producción y sobre todo de esa producción que se va terminando, por que la ganadería del puesto se va muriendo y con ella se pierden todos esos conocimientos relacionados al caballo, desde que es ése animal, como se lo cuida, como se lo amansa y como se lo quiere también, los trabajos en cuero, la confección artesanal de todos sus enseres en lana, peleros, pellones etc, además de aprender lo que significa la palabra gauchada, que es hacer un servicio sin esperar nada a cambio, término que nosotros usamos todos los días.
Hoy, herrar un caballo es un trastorno, no se encuentran buenos herreros, porque el herrar es una ciencia, colocadores de herraduras sí abundan. Por eso la Agrupación Tradicionalista Salteña “Gauchos de Güemes”, consciente de que ese capital de sabiduría empírica está en peligro de extinción, ha decidido tomar la posta y rescatar esos valores, llevando a la práctica un anhelado proyecto de hace varios años del Escribano Mariano Coll Mónico de crear una escuela puesto donde se enseñen en forma gratuita todas esas actividades, trayendo de alguna manera los maestros del campo que van quedando pocos, para mantener la continuidad de esas actividades tan caras al sentimiento gaucho.
Cuando se nos muere un gaucho, esos gauchos con mayúsculas como lo fueron Antonio López de Río Piedras, Damián Mónico de la Costosa, el Gran Gaucho Juárez de Lumbreras, Don Jorge Salgado de Metán, Adrián Checa de Rosario de la Frontera, Antenor Sánchez de Quijano, Néstor Diez y Luis Fernández de los pagos camareños, así como Cruz Guíez de la Estancia del Rey, el recientemente fallecido Don Martín Salazar de Campo de la Noche allá en el norte, y muchos otros mas que no me alcanzaría el día para nombrar, cuando ellos se van al Puesto del Descanso, se pierde ciencia y conocimiento que no se recupera.
La puesta en marcha del Centro de Capacitación “El Puesto” inscripto bajo el Nº 7.214 es un esfuerzo combinado con el Ministerio de Educación del gobierno de la provincia de Salta, y este centro, entregará toda esa información a quienes quieran capacitarse, dando los certificados correspondientes que los habiliten laboralmente en las disciplinas que se dicten, a todos aquellos que aprueben los cursos y sus evaluaciones.
Para eso, en el predio que inauguraremos en el día de hoy, como otro homenaje a la memoria del general Martín Miguel de Güemes, se están construyendo las instalaciones para esta escuela, como una aporte de todos los gauchos de Salta, a través de la entidad madre, la ATSGG, para beneficio de toda la comunidad.
Nos preocupan hondamente las situaciones familiares por las que están pasando familias gauchas de Metán, Rosario de la Frontera y otros lugares, y queremos brindarle nuestro apoyo y un lugar de contención a través de esto que ya no es un proyecto, es una realidad concreta, que está a la vista, que será replicada donde sea necesario.
Esta será la casa que los gauchos no han tenido nunca, es la concreción de un proyecto que otras comisiones anteriores, allá por la década del 80 anhelaban realizar, y hoy con el esfuerzo de todos, se ha logrado, sea también para ellos este homenaje.
Es conveniente refrescar la memoria de que la ATSGG, es una institución apolítica, lo que no significa que sea desagradecida y el ser agradecidos es una condición de la gente gaucha bien nacida.
Por último, para que nuestro jefe nos guíe en este camino pidamos a Dios que, con su gracia, haga cada vez más noble el corazón de todos los gauchos, para que el recuerdo de las gestas heroicas de nuestros antepasados, no sea sólo una evocación de la historia remota, sino también un ejemplo estimulante de amor a la patria, que se exprese poniendo el bien común por encima de los intereses personales. Gracias”.
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